viernes, 13 de abril de 2012

Los DLC en disco y la ética de los negocios

DLC, siglas de "downloadable content", es decir, contenido descargado para un videojuego. Ya se sabe, uno se compra un título y al cabo de un tiempo aparecen expansiones, mapas multijugador, nuevos personajes y otros extras a un golpe de click en Internet. Siempre vaciando la cartera, claro. Muchos ríos de tinta han corrido por este asunto, desde los que piensan que es un mero sacacuartos hasta los que lo alaban por prolongar la experiencia jugable de manera rápida y sencilla tanto para los desarrolladores como los consumidores. Pero últimamente las críticas están arreciando.


Desde DLC que aparecen a la venta en la web prácticamente al mismo tiempo que el juego físico llega a las tiendas hasta precios abusivos por extras mínimos, pasando por casos esperpénticos como el de Asura's Wrath, cuyos capítulos finales estarán disponibles sólo a través de descarga. Y pagando, se entiende. Pero la última moda es incluir contenidos en el propio disco que has comprado para luego desbloquearlos en el juego a través de un DLC de pago.

Que sí, que existen muchas justificaciones para esto, desde apurar plazos para no tener equipos de desarrollo inactivos (traducción: no despedir a gente que de otro modo sobraría), hasta el argumento legal de que los consumidores pagan por "licencias", no por objetos físicos (lo cual es verdad, desde el punto de vista del Derecho, pero no alivia el cabreo de los compradores). Pero el Better Business Bureau, una centenaria organización que vigila el buen hacer de los negocios en EEUU y Canadá, ha rebajado la nota a Capcom por su abuso de DLC en disco. Es un toque de atención para muchos. Porque seamos sinceros, aunque siempre se dice que el poder de los consumidores es comprar o no comprar, basta que haya una minoría ligera de bolsillo para que las cuentas le puedan salir bien a empresas con avaricia excesiva.

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