domingo, 13 de mayo de 2012

Los datos de aDeSe en 2011 (y III)

Después de las dos entregas anteriores, llega por fin mi último post de análisis sobre las cifras de resultados de 2011 que comunicó la Asociación de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento. Hemos hablado de la situación del mercado español en comparación con otros, las ventas de hardware y las de software, así como de algunos puntos que necesitan más información.

Hoy toca hablar de PEGI. Ya sabéis, esos símbolos tan bonitos que aparecen en las cajas de los juegos y de los que se suelen olvidar los guardianes de la moral que se rasgan las vestiduras cuando acusan a los videojuegos de llevar la violencia a las desprotegidas mentes infantiles. Recordar que hay indicadores de rangos de edad y contenidos sensibles arrojaría la responsabilidad sobre padres y vendedores, y eso es algo que nadie quiere. A pesar de que incluso la liberal industria inglesa parece que por fin va a pasar por el aro y adoptar PEGI por ley, el desconocimiento de esta clasificación aún es muy grande. Incluso tuvieron que sacar un cómic para explicar qué demonios es eso de PEGI (si lo queréis leer, pinchad aquí).

Porque un robot llamado General Kaboom es sinónimo de valores familiares

¿Y qué dicen las cifras PEGI del mercado español? Por una parte, nos encontramos que la mayoría de los títulos publicados en España son para menores de 3 años (38%), menores de 12 años (23%) y menores de 7 años (16%). De hecho, el menor número corresponde a los juegos para mayores de 18 años (10%). Así que la mayoría de los juegos que hay ahí fuera no van a corromper la mente de los jóvenes consumidores, menos mal.

¿Pero qué hay de los más vendidos? Pues aquí hallamos que los juegos para menores de 3 años arrasan (64%). No, no significa que los españoles tengamos gustos infantiles, sino que es esa la clasificación de títulos superventas como FIFA, Pro Evolution Soccer, Wii Party, etc. Sin embargo, al otro extremo, vemos que los juegos para mayores de 18 se llevan, casualidad, el 18% del Top 50. Al contrario de lo que ocurre en otros países, la etiqueta +18 no es precisamente un estorbo a las ventas.


Y ahora llegamos a la parte jugosa: ¡la piratería! No, no la de los somalíes en aguas del Índico (qué recuerdos cuando era pequeño y me decían que los piratas de verdad ya no existían), sino a la digital. Como buena asociación de editores y distribuidores, aDeSe proclama con orgullo que ganó 21 de las 29 denuncias interpuestas por delitos contra la propiedad intelectual. Otras 7 las perdió y una más se archivó.

No, no, cuando hablaba de "piratería en videojuegos" no me refería a esto
Sin embargo, por las cifras que he estado desgranando en las anteriores entregas de este análisis, está muy claro que aDeSe no puede echar culpa del retroceso a una súbita extensión de la piratería digital. Cuando el mercado se contrae hasta cifras de un lustro atrás, algo pasa. La crisis económica, obviamente. Pero también el fin de ciclo de esta generación de videoconsolas. También ha habido, todo hay que decirlo, un exceso de confianza por parte de aDeSe. Hace años hice un trabajo sobre sus datos y, a pesar de que se olían los primeros signos de este retroceso, parecían bastante dormidos en sus laureles. Declaraciones como las de Carlos Iglesias, secretario general de aDeSe, confiando en que otros les resuelvan los problemas (que la crisis sea solucionada, que se ponga freno a la piratería o que las nuevas videoconsolas reactiven las ventas)  habla poco de su autocrítica en este aspecto. Que otros países también han sufrido este bajón, pero no tanto. ¿Qué hemos hecho peor que ellos?

Por cierto, si aún tenéis ganas de más y queréis leer entero el informe 2011 de aDeSe, os recuerdo que lo podéis conseguir en este enlace.

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