jueves, 20 de septiembre de 2012

Japón y los problemas de los desarrolladores

De un tiempo a esta parte está de moda hablar de los problemas del mercado de videojuegos japonés. O del mercado japonés menos Nintendo, que a la gente de Kioto parece irle bien por ahora. Yoshiki Okamoto, fundador de Game Republic, se retira y dice que ve el fin de los grandes blockbusters consoleros japoneses. Normal que se retire entonces. Sin embargo, resultan más interesantes las observaciones de Keiji Inafune, ex de Capcom, sobre lo problemático que resulta ser un desarrollador en Japón.

Psst, Inafune, tienes un Mega Man en el hombro...
Japón es un paraíso para videojuegadores y para gente que se quiera dedicar al negocio del videojuego, pero por desgracia los desarrolladores no están muy bien valorados. Dice Inafune que en el país del Sol Naciente hasta los desarrolladores independientes tienen que obedecer las órdenes de las editoras. Mientras que en América y Europa los más apasionados se lanzan de cabeza a desarrollar para labrarse un nombre, en Japón se tiene la sensación de que uno sólo se mete en una desarrolladora porque no pudo entrar en una casa editora. No es el mejor escenario para sentirse motivado, desde luego.

¿Cuál es la razón de esta situación? Podría ser la mentalidad japonesa de las grandes corporaciones ("niño, métete a una zaibatsu y quédate allí de por vida"), pero me parece rizar mucho el rizo. Creo que hay una explicación mejor: que el mercado japonés está muy dominado por las videoconsolas, ya sean de sobremesa o portátiles. Obviamente, las compañías imponen sus condiciones y en Japón son incluso más tiquismiquis. Pero el paraíso de los desarrolladores independientes ha sido y sigue siendo el PC.

Algún día, pero todavía no
Dentro del mercado del PC, Steam es obviamente la referencia. Muchos desarrolladores independientes tiran adelante gracias a las ventas de la tienda digital de Valve. Sin embargo, como revela un reciente artículo, Steam también tiene sus problemas para atraer a los desarrolladores japoneses. Primero, porque los propios interesados piensan más en videoconsolas que otra cosa y los ordenadores sólo los ven como mercado para juegos en exploradores. Segundo, que Steam no tiene herramientas ni contactos en japonés, todo tiene que hacerse a través del inglés (y no, los japoneses no saben tanto inglés como muchas almas cándidas creen por ahí). Y tercero, una cierta barrera mental hacia el jugador del PC, al que asocian usualmente con juegos extranjeros ("oh, dios mío, le gusta BioWare en lugar de Square-Enix, ¡eso es anti-japonés!"), novelas visuales y juegos porno (a veces estos dos últimos apartados a la vez). Así que, en vez de aventurarse en ese mercado, prefieren seguir con las consolas y seguir las directrices de las editoras, para desespero de Steam.

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